martes, 30 de junio de 2015

Casa de citas / James Salter / Ciertas cosas



James Salter
BIOGRAFÍA
CIERTAS COSAS

Había ciertas cosas de las que quería hablarle pero no lo hacía, cosas que a él no iba a gustarle saber, pensaba Noreen. Por ejemplo, aquella noche en el hotel St. George cuando tenía diecinueve años y subió a la habitación con un tipo que le pareció simpático y agradable. Fueron a la suite del jefe de él, que se encontraba de viaje. Estuvieron bebiendo su whisky de reserva y luego, sin saber cómo, ella estaba boca abajo en la cama y con las manos atadas a la espalda. Eso pasó en un mundo diferente del de Arthur. El de él era limpio, tierno, clemente.

James Salter, "Palm Court"



lunes, 29 de junio de 2015

Casa de citas / James Salter / Hermosa



James Salter
BIOGRAFÍA
HERMOSA

Qué hermosa es una mujer sola, con camisa blanca de verano y las piernas desnudas.


James Salter, "Contigo, Mi Señor"


domingo, 28 de junio de 2015

Casa de citas / James Salter / Las botellas de cerveza rodando por el suelo


James Salter
BIOGRAFÍA
LAS BOTELLAS DE CERVEZA 
RODANDO POR EL SUELO

Sus años de casada, vistos desde el presente, habían sido buenos. Myron Hirsch le había dejado dinero más que suficiente para arreglárselas, y el éxito que había cosechado después había sido como la guinda del pastel. Para ser una mujer con poco talento -¿era verdad?; tal vez estaba siendo demasiado crítica consigo misma- las cosas le habían ido bastante bien. Estaba acordándose de cómo empezó todo. Recordó las botellas de cerveza rodando por el suelo de la parte trasera del coche cuando tenía quince años y él le hacía el amor todas las mañanas y ella no sabía si estaba iniciando la vida o tirándola por la ventana, pero lo amaba y nunca olvidaría.


JAMES SALTER, "Los ojos de las estrellas"



jueves, 25 de junio de 2015

Casa de citas / Borges y Mick Jagger


Mick Jagger según Andy Warhol

Borges y Mick Jagger



La viuda de Jorge Luis Borges, María Kodama, revivió en el 112 aniversario del nacimiento del escritor un encuentro con el líder de The Rolling Stones, Mick Jagger.


"Siempre es lindo recordar ese momento, cuando estábamos en un hotel en Madrid, esperando que nos llamaran a cenar y apareció Mick Jagger. Yo no lo había visto de lejos porque soy miope", comenzó Kodama señaló con la emisora argentina Radio 10, sin precisar la fecha en que ocurrieron los hechos. 

"De repente, vi que se nos acercaba un hombre y era él, que se arrodilló frente a Borges y le dijo: 'Maestro yo lo admiro'. Y él le respondió: '¿Usted quién es?'", agregó. 

Según dijo, el escritor finalmente lo reconoció y le preguntó si era uno de los integrantes de The Rolling Stones, lo que dejó al músico "casi sin aliento".






Borges escuchaba a Pink Floyd en su cumpleaños



Otras sorpresivas afirmaciones dio también María Kodama sobre los gustos musicales que tenía el reconocido escritor argentino 


Jorge Luis Borges escuchaba a Pink Floyd, los Beatles y los Stones; aborrecía a Beethoven y a Gardel; tenía pasión por la comida japonesa y dejó de tomar vino cuando un amigo de su padre vaticinó que se volvería un “borracho perdido”. 

Así lo reveló su viuda María Kodama en París, donde se exponen 130 fotos de los viajes personales del genial escritor por el mundo. 

“Él decía que era sordo musical porque tenía sólo oído para la música de la palabra. Decía que Beethoven no le gustaba, lo que producía horror en la gente entendida; y creía que Gardel había arruinado el tango porque lo había hecho sentimental y llorón”, recordó Kodama en una entrevista que concedió a BBC Mundo en París, donde se exhibe la muestra El Atlas de Borges. 

“Pero le gustaban Brahms, Bach, la música antigua, medieval, la música folklórica, la milonga y los tangos de la ‘guardia vieja’, como los llamaba, porque eran como milongas: tenían letras divertidas, en doble sentido”, repasó Kodama. 

Tanto le gustaba Pink Floyd que “el himno para su cumpleaños no era el Happy birthday sino The Wall –dijo su viuda. A la película The Wall la vimos infinidad de veces. Creo que sabía de memoria el diálogo. Le gustaba ese tipo de música porque decía que tenía enorme fuerza, terrible pero vital”. 

Los Rolling Stones y los Beatles también “le encantaban por su fuerza increíble”.



ETEROSONICO






miércoles, 24 de junio de 2015

Casa de citas / Borges / El joven virgen

Borges y Estela Canto

Jorge Luis Borges
EL JOVEN VIRGEN

Borges se pone en manos de un doctor para curar su impotencia sexual aparente. Perverso relato de Estela Canto, una de las más famosas novias del escritor.


El doctor Cohen-Miller me dijo lo siguiente:

Borges distaba mucho de ser impotente, pero en el plano físico era víctima de una exagerada sensibilidad, un temor al sexo y un sentimiento de culpa. La excesiva sensibilidad podía irse normalizando con el andar del tiempo, a medida que él se adaptara a los hechos reales; el miedo iba a desaparecer por el matrimonio, que también aliviaría considerablemente la sensación de culpa. Para llegar a una relación normal lo mejor para Borges era casarse, ya que el matrimonio era un elemento importante en el contexto de su culpa.

Más adelante me relató una penosa experiencia de Borges en su primera juventud: en Ginebra, cuando tenía dieciocho o diecinueve años, Borges era un adolescente sensible, con dificultades de visión y de elocución. Alarmado por la timidez de su hijo, Jorge Borges preguntó a Georgie un día si había tenido ya contacto con una mujer. La pregunta, como he dicho, era casi normal en esa época. Georgie contestó que nunca había estado con una mujer. Como muchos otros caballeros argentinos de su generación, el señor Borges pensó que la situación debía solucionarse cuanto antes. Su hijo estaba retardado en el calendario. Del mismo modo que la virginidad de las mujeres debía guardarse a cualquier precio –un precio que incluía el onanismo, las prácticas lésbicas, la sodomía–, los varones debían iniciarse lo más pronto posible. Georgie había sobrepasado en varios años la edad establecida.

El señor Borges dijo a su hijo que él iba a tomar el asunto en sus manos. Tal vez el fantasma de la homosexualidad cruzó por su mente, llenándola de pánico, impidiéndole comprender que lo que estaba planeando en ese momento estaba más cerca de la homo que de la heterosexualidad. Era un gesto para los hombres, una demostración ante ellos de que uno pertenecía al clan de los varones. No era un gesto para acercarse a las mujeres, sino un acatamiento del mundo masculino y sus exigencias. Seguramente se mostró severo. Tal vez reprochó a su hijo el largo tiempo que se había tomado en asumir su virilidad. Cohen-Miller creía que el padre se había mostrado apremiante. Estaba muy bien vivir en las nubes, interesarse en los libros y en los arcanos del universo, pero ante todo un hombre tiene que ser un hombre. Y, para los sudamericanos, no hay más que una manera de probar la hombría. Por otra parte, ¿cómo era posible que Georgie no hubiera reaccionado ya ante las presiones que exigen la desfloración de un adolescente en un lupanar? ¿Cómo era posible que Georgie no se sintiera incómodo por su desajuste ante la sociedad? Los tropismos tribales de la llanura a la cual se llega por un río “de sueñera y de barro” se imponían una vez más. Una cosa es lo que se lee en los libros; otra es la realidad. Hacia 1920 había escritores, libros, movimientos que se oponían a la profundas verdades viscerales de las pampas. Pero no había que tomarlos en cuenta. Eran un ornamento, algo que demostraba la cultura y el refinamiento de los argentinos, pero no eran la verdad. La verdad era la iniciación forzada, el movimiento mecánico del macho trepado al cuerpo de una hembra alquilada, el rencor implícito y el desprecio a esa mujer por ser mujer.

De tal modo que, con este enredo dentro de su confundida alma, el señor Borges anunció a su hijo, pocos días después, que había encontrado la solución para su caso. Le dio una dirección y le dijo que debía estar allí a una hora determinada. Una mujer le estaría esperando.

Georgie salió a pie, como ya era su costumbre, para considerar la situación y llegar al lugar del modo más natural, sin apremios ni presiones. Estaba abrumado por los reproches de su padre. Tal vez en Georgie, normalmente tan sometido, se produjo una oscura rebelión de la carne contra el acto que le imponían; tal vez la certeza del fracaso estuvo en él antes del fracaso. Tal vez ese fracaso haya sido su manera de oponerse a lo que rechazaba hondamente en su alma y sus entrañas. En todo caso, una idea le cruzó la mente: su padre le había ordenado acostarse con una mujer que él, Georgie, no conocía. Si esa mujer estaba dispuesta a acostarse con él era porque había tenido ya relaciones sexuales con su padre. Esta clase de favor íntimo –aunque se trate de una prostituta– no puede pedírsele a nadie con quien no se tengan contactos íntimos. Su razonamiento fue lógico y preciso; tal vez no haya sido cierto, pero fue lo que él creyó. Él no tenía ninguna duda al respecto.

Llegó a la casa, vio a la mujer y, como era natural, no pasó nada.

Aparte de la brutalidad del hecho escueto –suficiente para provocar impotencia en un adolescente de sentimientos delicados–, allí estaban las imágenes que surgían en su mente. La mujer que se le ofrecía era una mujer que él iba a compartir con su padre. La reacción de su cuerpo y su alma fue natural. Éste era su “destino sudamericano” de fracaso y de muerte, como habría de decirlo en su célebre Poema conjetural, donde tantas cosas acechan entre líneas. También fue, sin que él lo supiera, una protesta, un desafío. Demostraba así que él, Jorge Luis Borges, era diferente, que a él había que aplicarle otros cánones.

Pero esto quedó ahogado en algún repliegue de su mente, oculto en el centro del laberinto. Lo que salió de aquí, ruidosamente, fue la más humillante de las palabras: impotencia. Nadie pensó –pese a que las teorías y los métodos de Freud estaban ampliamente difundidos esos días– en los aspectos puramente psíquicos del problema. Sus padres pensaron, con la habitual grosería de esa generación materialista, que estaban ante un caso de deficiencia física. Tónicos, reconstituyentes, medicamentos le fueron dados para fortalecerlo; tenía un hígado débil... ¿No sería el hígado la causa? En consecuencia, se le hizo un tratamiento por deficiencia hepática. Era una falla del cuerpo, no un repliegue del alma.

Quedó doblemente humillado. No había podido cumplir la orden de su padre; era un incapaz, un impotente.

Ya he dicho que no era esto lo que pensaba el doctor Cohen-Miller. Con la manera cruda y directa de los médicos al tratar estos temas, me dijo: “Creo que si esto se arregla, y si usted colabora, se va a arreglar, tendrá usted hombre por muchos años.”


Estela Canto 
Borges a contraluz
Madrid, Espasa, 1989, págs. 114-117





lunes, 22 de junio de 2015

Casa de citas / Borges / La memoria

La memoria
René Magritte
Jorge Luis Borges
LA MEMORIA

A medida que transcurren los años, todo hombre está obligado a sobrellevar la creciente carga de su memoria.


Jorge Luis Borges
La memoria de Shakespeare






domingo, 21 de junio de 2015

Casa de citas / Borges / La ceguera




Foto de Pedro Meyer, 1973
Jorge Luis Borges
LA CEGUERA


Hacia 1957 reconocí con justificada melancolía que estaba quedándome ciego. La revelación fue piadosamente gradual. No hubo un instante inexorable en el tiempo, un eclipse brusco. Pude repetir y sentir de manera nueva las lacónicas palabras de Goethe sobre el atardecer de cada día: Alles nahe werde fern (Todo lo cercano se aleja). Sin prisa pero sin pausa —¡otra cita goetheana!— me abandonaban las formas y los colores del querido mundo visible. Perdí para siempre el negro y el rojo, que se convirtieron en pardo. Me vi en el centro, no de la oscuridad que ven los ciegos, como erróneamente escribe Shakespeare, sino de una desdibujada neblina, inciertamente luminosa que propendía al azul, al verde o al gris. Ya no había nadie en el espejo; mis amigos no tenían cara; en los libros que mis manos reconocían sólo había párrafos y vagos espacios en blanco pero no letras.
    Entonces recordé cierta sentencia de Rudolf Steiner: “Si algo se acaba, debemos pensar que algo empieza”.


Jorge Luis Borges
Textos recobrados (1956-1986)


sábado, 20 de junio de 2015

Casa de citas / Borges / La estupidez


Jorge Luis Borges
LA ESTUPIDEZ

Alicia Jurado: Usted, Borges, siempre se ha enamorado de mujeres un poco tontas.


Borges: Es que la inteligencia es siempre comprensible, pero en la estupidez hay un misterio que resulta atrayente.







viernes, 19 de junio de 2015

miércoles, 17 de junio de 2015

Triunfo Arciniegas / Diario / La venenosa lengua de los escritores



Triunfo Arciniegas
La venenosa lengua de los escritores
17 de junio de 2015

Todos saben que Mario Vargas Llosa se casó con la tía Julia y luego con la prima Patricia. Aunque el escritor no ha sido precisamente fiel, cada vez que surgía un rumor, Carlos Barral decía: "No es posible, si esa chica no es familia suya". Hace poco supe una frase de García Márquez, un puñetazo cuyo moretón se llevará Vargas Llosa hasta la tumba: "La siguiente ya tiene que ser su hermana". A propósito del otoñal y recientísimo romance del escritor con Isabel Preysler, la reina del papel cuché, Jaime Bayle redondeó el asunto en una columna titulada "El marqués y la filipina": "Vargas Llosa no es hombre de casarse por religioso. Con la tía no se casó así, con la prima tampoco, y no pudo casarse con su hermana porque es hijo único".





martes, 16 de junio de 2015

Casa de citas / Vargas Llosa / La realidad

Mario Vargas Llosa
Poster de T.A.
Mario Vargas Llosa
Biografía
LA REALIDAD

Cuando la realidad se vuelve irresistible, la ficción es un refugio. Refugio de tristes, nostálgicos y soñadores.

ABC, 8 de octubre de 2010



lunes, 15 de junio de 2015

Casa de citas / Vargas Llosa y las mujeres


Patricia Llosa, Vargas Llosa y Julia Urquidi

VARGAS LLOSA Y LAS MUJERES
Por Luis Alemany

París, 1960. Mario Vargas Llosa vivía con Julia Urquidi, la tía Julia, los bellos años de la pobreza. Habitaban en un hotel, el Wetter, hasta que Wanda, la prima de Mario, la sobrina de Julia, cayó por la ciudad y propuso que se fueran a vivir los tres juntos a la calle Grenelle. Allí, según se cuenta en 'Aquellos años del boom', de Xavi Ayén (RBA), el matrimonio pasó algún apuro por los devaneos del escritor. Julia, agraviada, vivió algunas semanas con una amiga, pero volvió al hogar. Y entonces llegó una carta de Lima que anunciaba la llegada a Francia de Patricia, la hermana de Wanda, aún adolescente. ¿Podían hacerle hueco? Julia no quiso pero cedió y se preparó para otra mudanza, hasta la calle Valadon, en el distrito Siete. Y ahí, cómo decirlo, la vida se fue deslizando. Un día, Julio Ramón Ribeyro se llevó a Patricia a un baile.Cuando volvieron a casa, Mario la riñó como se riñe a una hija ¿O a una amante? Ribeyro tomó nota de que algo raro pasaba. En junio de 1962, Wanda murió en un avión camino de Lima. En Perú, en pleno duelo, Mario le pidió a Julia que le dejara viajar solo a París. Después volvieron a convivir pero su matrimonio era una causa perdida. En 1964, de regreso a Lima para que Mario terminase 'La casa verde', el escritor le envió una carta a Julia en la que le confesaba que estaba enamorado de su prima. Llegó el divorcio, en el que Vargas Llosa cedió a Julia los derechos de 'La ciudad y los perros' y, un año después, la boda de los primos. Por esa época, Carlos Barral solía hacer una broma cuando algún amigo atribuía un romance al escritor: "No puede ser, si esa chica no es familia suya". García Márquez era más malvado: "La siguiente ya tiene que ser su hermana". 


Vargas Llosa / Isabel Preysler y el escribidor






domingo, 14 de junio de 2015

Casa de citas / Borges / El pensamiento



Jorge Luis Borges

EL PENSAMIENTO

No hay placer más complejo que el pensamiento.


Jorge Luis Borge
"El inmortal"
El Aleph
Alianza Emecé, Madrid, 1981, p. 22



sábado, 13 de junio de 2015

Casa de citas / Borges / En el alba


Jorge Luis Borges

EN EL ALBA

En el alba, la lejanía se erizó de pirámides y de torres.



Jorge Luis Borge
"El inmortal"
El Aleph
Alianza Emecé, Madrid, 1981, p. 21



viernes, 12 de junio de 2015

Casa de citas / Borges / Sobre la inmortalidad II


Jorge Luis Borges

SOBRE LA INMORTALIDAD II

Ser inmortal es baladí; menos el hombre, todas las criaturas lo son, pues ignoran la muerte; lo divino, lo terrible, lo incomprensible, es saberse inmortal.



Jorge Luis Borge
"El inmortal"
El Aleph
Alianza Emecé, Madrid, 1981, p. 21



jueves, 11 de junio de 2015

Casa de citas / Borges / Sobre la inmortalidad I


Jorge Luis Borges

SOBRE LA INMORTALIDAD I

Existen un río cuyas aguas dan la inmortalidad; en alguna región habrá otro río cuyas aguas lo borren.


Jorge Luis Borge
"El inmortal"
El Aleph
Alianza Emecé, Madrid, 1981, p. 23



miércoles, 10 de junio de 2015

Casa de citas / Borges / Todas las cosas

Ilustración de Fernando Vicente
Jorge Luis Borges

TODAS LAS COSAS

Sabía que en un plazo infinito le ocurre a todo hombre todas las cosas.


Jorge Luis Borge
"El inmortal"
El Aleph
Alianza Emecé, Madrid, 1981, p. 21



martes, 9 de junio de 2015

Triunfo Arciniegas / Diario / Dos hombres solos

La sed del vagabundo
Bogotá, 2015
Fotografía de Triunfo Arciniegas

Triunfo Arciniegas
Dos hombres solos
Bogotá, 7 de junio de 2015

En la carrera séptima, un hombre que quiere ser alcalde de Bogotá vende discursos de Jorge Eliécer Gaitán. Una pancarta, una bicicleta y un miserable equipo de sonido son todo el patético escenario de su campaña. Lo veo absolutamente solo y mudo, aturdido por la voz del político. Nadie se detiene y con nadie el hombre intenta entablar conversación. A menos de cien metros, pasando la calle, el 7 de abril de 1948, fue asesinado Gaitán. Me detengo a oír el discurso de turno: nadie más lo hace. Gaitán acusa a la oligarquía y denuncia las patrañas de los Santos y los López. En casi setenta años, a pesar de tantos muertos, nada ha cambiado en Colombia. Y es posible que no cambie en los próximos setenta.

En la misma calle, un hombre parecido a Chespirito (el mismo bigote que Hitler hizo famoso) baila para ganarse unas monedas. Tiene ochenta años: enseña la cédula como prueba. Baila como lo haría un títere: sus piernas van hacia los lados, sus hombros suben al mismo tiempo. Sus movimientos, aunque torpes, asombran. De pronto, el viejo hace unos gestos de burla: saca la lengua, apoya los pulgares en las mejillas y mueve los demás dedos como un pianista. No sé si el baile divierte a los demás, a mí me da una profunda lástima.



lunes, 8 de junio de 2015

Casa de citas / Alberto Salcedo Ramos / Frenesí

Blanco
Buenaventura, 2012
Fotografía de Triunfo Arciniegas
Alberto Salcedo Ramos
BIOGRAFÍA
FRENESÍ


Cuando el clarinete aúlla y el tambor brama, comienza la función. Las muchachas sacuden las caderas con el frenesí del oleaje marino, y los muchachos se van detrás, arrastrados por la corriente, ávidos de ser engullidos por las entrañas del maremoto. En el Chocó las mujeres son la semilla y la zafra, el nacimiento y la desembocadura. Cuando en la danza los machos se dejan remolcar por las ancas de sus hembras, no están simplemente mendigando, por el amor de Dios, una generosa cópula. También están escudriñando la raíz primigenia. Meterse en la falda de la mujer es regresar, por fin, a su vientre, es volver a la única tierra segura que, a la hora de la verdad, conocen. Todo lo demás es incierto y a menudo terrible.



Alberto Salcedo Ramos
La eterna parranda
Crónicas 1997-2011
Caracas, Aguilar, 2011, p. 39


Nota:
Si desea leer una reseña de La eterna parranda, por favor, pulse este enlace:






domingo, 7 de junio de 2015

Casa de citas / Daphne du Maurier / Sobre la felicidad


Fotografía de Karl Blossfeldt

Daphne du Maurier

SOBRE LA FELICIDAD

La felicidad no es un bien que puede atesorarse; es una manera de pensar, un estado de ánimo. No es que algunas veces no nos sintamos deprimidos; pero también conocemos momentos que escapan al reloj y se hacen eternos.



sábado, 6 de junio de 2015

Casa de citas / Daphne du Maurier / Los recuerdos





Daphne du Maurier
LOS RECUERDOS


Si pueda inventarme algo para embotellar los recuerdos, como los perfumes... Para que no se disipasen, para que nunca pudieran ponerse rancios. Cuando quisiéramos, podríamos destapar el frasco y sería como vivir de nuevo el momento guardado.


Daphne du Maurier
Rebeca
Barcelona, Plaza & Janés, 1965, p. 56


viernes, 5 de junio de 2015

Triunfo Arciniegas / Diario / Pablo Montoya, Premio Rómulo Gallegos

Pablo Montoya

Triunfo Arciniegas
Pablo Montoya, Premio Rómulo Gallegos
Bogotá, 4 de junio de 2015

Me regocija especialmente esta noticia: el escritor colombiano Pablo Montoya obtuvo hoy en Caracas, y en franca lid, el Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos con Tríptico de la infamia. Ayer, cuando subí la lista de los finalistas a DE OTROS MUNDOS, puse la tapa de esta novela para ilustrar la entrada, con el ferviente deseo de que Pablo Montoya fuese bendecido por los dioses.Y en realidad era el menos conocido de los finalistas. Los colombianos no solamente han obtenido cinco veces el premio (aparte de Montoya y García Márquez, figuran sino que arrasaron este año en la hermana república: de los siete finalistas, cinco son colombianos. 

Para dar la idea de la talla del premio basta con decir que Vargas Llosa lo ganó en 1967 con La casa verde, Gabriel García Márquez en 1972 con Cien años de soledad, Fernando del Paso con Palinuro de México en 1982, Javier Marías con Mañana en la batalla piensa en mí en 1995 y Roberto Bolaño con Los detectives salvajes en 1999, cinco obras fundamentales. 

Así que la noticia es grande. Por favor, lean cinco entradas sobre Pablo Montoya en DE OTROS MUNDOS.